Crónica
Los Suaves y Eric Sardinas encienden el Cultura Inquieta
Primera noche de rock y blues en Getafe, aprobando con nota
Llegó el día dedicado al sonido más rockero en el Festival Cultura Inquieta de este año. La cita, marcada inicialmente por la cancelación de Jeff Beck, congregó a un público variado, donde no faltaron los incondicionales de ambos cabezas de cartel.
El concierto comenzaba puntualmente a las 9 de la noche y, aunque todavía era de día, ya teníamos ganas de buenas dosis de vatios. Los encargados de abrir, Fuzz, son una banda con influencias de hard rock y blues rock clásico, pero con un sonido "cristalino". O sea, que las guitarras huyen de la suciedad que sí encontramos en el rock de los 70. En su lugar prefieren otros efectos, como "delays", y arreglos basados en melodías, más que electricidad pura y dura. El proyecto liderado por Frankie convenció a los asistentes, especialmente en temas como 'Indomable' (adelanto del nuevo disco) o 'Materia invisible'. También funcionaron muy bien los pasajes instrumentales.
Quizás echamos de menos ese factor sorpresa que esperas en un grupo menos conocido. En el futuro sería interesante que se suelten en las partes más progresivas, no sólo algunos detalles sino algo más elaborado. En cualquier caso, muy buen nivel para empezar la velada y buen final de actuación, muy inteligente para dejar buen sabor de boca. El tema escogido, 'Rockin´ in the Free World' de Neil Young, en una versión adaptada al sonido de la banda.
Después de una primera hora de rock amable, era el turno del blues visceral de Eric Sardinas. El de Florida es un figura y su entrada fue espectacular, tanto en la forma como en el fondo. Cada detalle estético, cada pose con la guitarra, complicidad con el público,... La verdad es que sabe cómo centrar todas las miradas. Musicalmente el concierto fue de más a menos, en mi opinión, quizás porque la fórmula se hizo algo repetitiva.
Arrancábamos con blues, rock y algo de funk. Eric pedía tímidamente que el públic saltase, que acompañase con las palmas durante un receso tranquilo, sobre el riff sincopado de 'Goin´ to the River'. Lo estábamos pasando muy bien a pesar de que lo vimos ligeramente despistado. Algunos detalles como la caída del slide, un "merci beaucoup" que no encaja del todo en España (¿jet lag?) o una parada a mitad de tema para afinar la guitarra... Pero bueno, ¿a quién no le ha pasado? Lo importante era que seguíamos de fiesta, con 'Get Down to Whiskey', un tema que invita a ser coreado y significaba el punto álgido del concierto hasta ese momento.
A continuación, tocaba algo de blues y de improvisación. Eric gustándose y tirando de vieja escuela, se acercó al borde del escenario y jugó con el wah wah y otros efectos, todo pasión, aunque el dobro se acoplaba en algunos momentos. Debe de ser difícil controlar tanta electricidad cuando este hombre se suelta... Continuaba la improvisación, pero ahora en tono más tranquilo. La base rítmica se hizo cargo del peso del tema y los fraseos de blues se mezclaban con algunas palabras que Eric lanzó al público sin usar el micro. Un poco más de wah wah rabioso para terminar y la sensación de que habíamos vivido el momento más especial de la noche.
Eran las 23:00 h. y habíamos llegado al ecuador de su actuación. La banda siguió intercalando temas de rock y blues, y dejó solo en el escenario a Eric Sardinas para hacer una versión del 'Hell Hound on My Trail' de Robert Johnson, uno de sus héroes de infancia. Con micro a media altura, jugando con distintos volúmenes y ganancias, fue el tema más íntimo y de puro blues. Volvió la banda para arroparlo en una nueva muestra de rock and roll con aroma americano. Luego el bajista Levell Price acaparó los focos, iniciando un tema ambiental, apoyado por un octavador y la batería que poco a poco iban apareciendo, a cargo del batería Bryan Keeling. Todo muy atmosférico, abandonando el blues temporalmente.
Continuaron con un tema muy funk, progresivo, que nos volvá a recordar al ausente de la noche, Jeff Beck, y lo mucho que hubiéramos disfrutado su actuación. Pero no era momento para penas, ni mucho menos. Volvió Eric al escenario para unirse a la fiesta y pedir los "yeahs" del público. Aunque realmente a partir de este momento lo notamos un poco más cansado, menos inspirado y a ratos fuera de tiempo. Pero todo esto lo cubría con su presencia y magnetismo y, como no, esos compañeros que son una auténtica máquina rítmica. Acababa su actuación y nos habíamos quedado más que satisfechos, esperando el fin de fiesta que habrían preparado Los Suaves.
La banda de Orense casi jugaba en casa y eso se notó, aunque no congregó tanto público como se presuponía. Quizás porque tocaron en Madrid sólo hace unos meses o falta de tiempo para convocar a todos sus seguidores. Los Suaves hicieron el concierto que todos podíamos esperar, a la altura, con buen sonido y buenas interpretaciones, aunque a Yosi era difícil entenderlo y mostró una voz excesivamente rota. Eso sí, carisma le sobra y, a pesar de todo, consiguió satisfacer a la mayor parte de su público.
El resto, como decía, cumplió con nota. La base rítmica muy correcta, aguantando a la perfección todos los temas. Los guitarristas, Alberto Cereijo y Fernando Calvo, destacaron especialmente. Muchos punteos "marca de la casa", como es costumbre en la "fórmula Suaves", doblando guitarras. También protagonizaron momentos instrumentales muy potentes e inspirados en 'Viajando al fin de la noche'.
Yosi seguía embrujado porque "la luna lo estaba volviendo loco", pero era una noche de fiesta y el ritmo no paraba. '¿Sabes? ¡Phil Lynott murió!', 'Malas noticias', 'Pardao', 'Mi casa', 'Dulce castigo',... Y llega el éxtasis colectivo con 'Dolores se llamaba Lola', una canción que es difícil no cantar o al menos tararear. Vamos, es imposible no hacerlo. Era el final oficial pero todavía quedaban un par de regalos como 'San Francisco Express', las banderas de Madrid y Galicia ondeando sobre el escenario. Y un 'Ya nos vamos' que fue el mejor cierre para un concierto que, al margen de algunos detalles, no decepcionó. Nos fuimos acompañados por una outro a lo Purple, que nos pintaba una sonrisa en la cara. Ésa por la que merece la pena un concierto de buen rock and roll.
Fuzz
- 1.- 'Mi espíritu se libera'
- 2.- 'Víbora'
- 3.- 'Indomable'
- 4.- 'Materia invisible'
- 5.- 'Blues 666'
- 6.- 'Nivelzero'
- 7.- 'Rokin' in the Free World' (Neil Young)
Texto y fotografía: Alex Belencoso
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