Crónica
Tim Ripper Owens atruena con un recital de auténtico metal
Sala Caracol (Madrid), España, Domingo 7 de septiembre de 2014
El ex-cantante de grandes bandas como Judas Priest o Iced Earth demostró anoche, en su paso por Madrid, qué fue lo que hizo que tocase en grandes bandas, llenando estadios... Dejando al público en estado catatónico.
Tim Ripper Owens es una de las voces del Metal, en mayúsculas, y eso quedó anoche bien demostrado tras hacer gala de sus habilidades como frontman y destrozar el escenario. Si bien, fue una auténtica pena que un cantante de su talla tuviese tan poco público, pues en el momento de mayor aforo la sala apenas tenía cubierto poco más de un tercio. En la apertura de puertas, apenas estábamos allí unas quince personas.
Y es que apenas unos pocos pudimos disfrutar del potente show que nos ofrecieron los turcos Vengeful Ghoul en su primera visita a nuestro país. Las canciones que tocaron recordaron en gran parte a unos antiguos Iced Earth, en gran medida por el registro vocal de Emre, que trabajó perfectamente unos tonos graves y profundos, pero soltando de vez en cuando algún grito agudo de gran calidad. Muy en la tónica de Matt Barlow que, al igual que Tim Ripper Owens, fue un antiguo cantante de Iced Earth.
Su música se caracterizaba por ser un metal bastante pesado, con muchos medios tiempos siendo su última canción, 'Sadness Warfare' bastante más rápida que las anteriores. Sin duda alguna los turcos ofrecieron un gran show.
Tras el gran espectáculo que dieron Vengeful Ghoul fue, a mi parecer, un pequeño bajón el concierto que nos brindaron los irlandeses Sand Stone. Un show bastante más suave, que podría definirse como una versión menos orquestal de los alemanes Avantasia. No pongo en duda la calidad de los músicos encima del escenario (de hecho, los músicos de Sand Stone me parecieron mejores técnicamente que los de Vengeful Ghoul), pero sus composiciones, más melódicas (con bastante uso y abuso de guitarras armonizadas entre sí), me resultaron más aburridas que las de sus predecesores, sin llegar a ser en ningún momento malos temas. Nota aparte merece su cantante, Sean, que cantó en un registro más alto que Emre. Aunque al final se terminó deshinchando, costándole llegar a las notas más altas en las últimas canciones.
Ya acabada la actuación de los teloneros llegó el momento que todos los asistentes estaban esperando, Tim Ripper Owens saltó al escenario (acompañado de los músicos de Sand Stone) dispuesto a darlo todo, como bien demostró empezando con un potente 'Jugulator' de Judas Priest que hizo vibrar al público. Con un gran sonido y unos tremendos músicos sobre el escenario, el concierto continuó sin perder un ápice de energía con 'Bullet Train' y 'Cathedral Spires', también de los Judas, sin dejar un solo momento para el descanso.
Tras este gran comienzo se relajó la intensidad pasando a la más calmada 'One on One' y volver a elevarlo, continuando con dos canciones de su paso por Iced Earth, 'Ten Thousand Strong' (la que para mí es la más representativa de esa etapa) y 'Red Baron/Blue Max'.
Y no paró, Ripper no paró de dar caña sobre el escenario, con unas tremendas versiones de 'Scream Machine' y 'Abigail', de Beyond Fear y King Diamond respectivamente. Entre ambas tocó 'It Is Me', la única "suya", como tal, de toda la noche.
Después de arrasar con 'Dead Meat', Tim y el resto de músico dejaron el escenario para hacer el conocido juego de "me voy, no me voy", para volver en los bises con una arrolladora 'Burn in Hell', relajando con 'Lost and Found' y continuando con el clásico 'Painkiler' y 'Death Row'.
Como colofón final, decidieron acabar con una versión siempre bien recibida de 'Living After Midnight', siendo posiblemente la canción más antigua de la noche pero que mayor aceptación tuvo por el público.
En todo momento Tim demostró que sigue teniendo una voz potente capaz de llenar un escenario con su mera presencia. Interactuando muy a menudo con el público (haciendo bromas sobre cerveza y una pequeña versión de 'You're the one that I want' de la película Grease) y, en general, ofreciendo un espectáculo que no todo el mundo puede dar.
Sin duda alguna, una gran velada para un gran cantante.
Texto y fotografía: Alonso Gimeno Martín
Más datos en http://www.timripperowens.com/