Crónica

Automatics, entre el frío y la nostalgia

Planta Baja (Granada), España, 19 de febrero de 2016

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 9 años
Automatics, entre el frío y la nostalgia

La noche en Granada fue fría. Gélida. En cierta manera daba gusto adentrarse en las catacumbas de Planta Baja para resguardarse del ambiente exterior, que rozaba los cero grados. Pero el verdadero motivo que llevó a Rockbase a la mítica sala granadina fue el regreso de Automatics. La banda de Linares (Jaén) visitó la capital nazarí para presentar Big Ear (Clifford Records, 2015), su primer álbum de estudio desde Duty (Elephant Records, 1999).

La noche prometía una dupla de sensaciones; Por un lado la audiencia se acercó a la sala para comprobar si el material nuevo estaba a la altura de los discos publicados en los noventa y, por otro, para averiguar si el grupo seguía manteniendo el alto nivel de sus actuaciones en directo.

La mayoría del respetable esperaba un viaje al pasado a golpe de guitarras y nihilismo

Automatics no lo iban a tener fácil tras los encuentros, separaciones y abandonos acaecidos en el seno de la banda. El adiós de Juan Lozano tras grabar Big Ear levantaron las sospechas entre los fans, quienes iban a centrar sus miradas en el nuevo cantante de los jinenses: Raúl Ruano. Aquí entra en acción otra protagonista: la nostalgia, un arma de doble filo. La mayoría del respetable, que superaba los cuarenta años de edad, buscaba qué tenía que aportar el grupo en esta década, pero, con más ansia, esperaban un viaje al pasado a golpe de guitarras y nihilismo. ¿Sobrevivieron los Automatics? Antes de despejar este enigma centremos nuestra escucha en Briótica, los teloneros del cartel.

El quinteto granadino salió a la palestra pasadas las diez de las noche. Apenas veinte personas arroparon a los locales, quienes desde el principio sorprendieron al allí presente. El quinteto abrió con una pieza difícil de clasificar, que mezclaba rock, pop y psicodelia a partes iguales. El repertorio de los granadinos gustó a los pocos que estuvieron presentes. Teenage Fanclub oliendo a unos Los Planetas agitados con Pumuki… un cocktail que en Granada gusta de sobra. No me queda otra que esperar con interés el primer elepé de Briótica.

Una hora después de que Briótica hiciera su aparición, le tocaba el turno a Automatics. El sexteto subió al escenario de una sala que ya rozaba el centenar de personas. Comenzaron con '1971', el corte que abre Big Ear. Los Automatics más electrónicos desvelaron el nuevo rumbo de la banda, que no recibió una calurosa bienvenida por parte del público. En general, la relación entre los asistentes y los miembros del grupo fue distante. Parecía que hubiese un muro entre el escenario y el resto de la sala. No fue hasta el cuarto tema, 'TV Preacher', cuando los asistentes se desperezaron y mostraron algo de entusiasmo. El corte, perteneciente al epé homónimo publicado en 1999, sonó especialmente bien. La voz de Ruano se adaptó casi a la perfección a las letras de Lozano, aunque durante la primera mitad del show las guitarras estuvieron tan altas que anularon casi por completo tanto a la voz como a la batería.

No fue hasta el cuarto tema cuando los asistentes se desperezaron y mostraron algo de entusiasmo

La quietud de los seis componentes no ayudó a que el público se implicara con lo que estaban intentando transmitir. Pero… ¿Querían transmitir algo? El setlist tampoco fue del gusto del respetable, quien apenas aplaudió las canciones pertenecientes a Big Ear. A la media hora de concierto Ruano calificó el hueco que había entre ellos y el público como “la zona de confort”, instigando a los espectadores a que se acercaran un poco más. No lo hicieron. Los tímidos esfuerzos del frontman por romper el hielo no funcionaron, ni tan siquiera cuando pidió un chupito de whisky. El whisky le llegó, todo lo contrario que el calor del personal.

El tramo final del concierto estuvo protagonizado por viejas glorias, como 'Monster' ó la imprescindible 'Watch Over You', que fue el momento álgido de la noche. La respuesta fue tibia, lo que supuso un logro tal y como se estaban sucediendo los acontecimientos. “¿Estáis pasándolo guay?”, preguntó Ruano. “Sí”, respondió el centenar de almas. El cantante insistió en que Automatics se lo estaban pasando muy bien. Me dio la impresión de que todo el mundo mentía. Pasadas las doce, tras despachar 'Pop Star', Automatics abandonaron el escenario sin tocar bises. La verdad es que nadie se los pidió.

Automatics sobrevivieron. Cumplieron y fueron valientes. Lo fácil hubiese sido hacer una gira para tocar el álbum Cesárea de forma íntegra, pero, en cambio, apostaron por el nuevo material, que dejó indiferente a todo el mundo. Me terminé la cerveza y volví a las frías calles de Granada, donde no noté en exceso el cambio de temperatura respecto al interior de la sala.

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