Un poco de osadía siempre es bienvenida en Rockbase. Por eso es un placer recibir cualquier novedad discográfica de Deerhoof, uno de los mejores tesoros del panorama experimental de la costa oeste norteamericana. Abrid la mente y disfrutad.

Un soplo de aire fresco al actual panorama rock indie. Así es Future Teenage Cave Artists el tema que comparte título con el Lp de los californianos. En sus tres minutos y medio caben maravillosas melodías, guitarras bellamente desafinadas, sintetizadores, pianos... Una joya para los oídos poco usual en Deerhoof.

Sympathy for the Baby Boo tiene un comienzo descarado. Deerhoof apuesta por estrujar los sonidos de unas desfasadas Shonen Knife para dar la mano a unos comedidos Jennifer Gentle. Caos hecho pop con mucho encanto.

No es para todos pero sí para los audaces

Más experimental y, por tanto, más continuista con su trayectoria musical, es The Loved One. Los norteamericanos suman contratiempos, una ecuación que puede dar noise-jazz, donde la suave voz de Satomi Matsuzaki flota entre la marejada un tanto excéntrica de los instrumentos.

O Ye Saddle Babies nos hace viajar en el tiempo a los años setenta. La bandera del Avant-garde aquí no escatima en ser mecida por el viento. Los cambios de ritmo no dan tregua al escucha. No todos gustarán de tanto mareo, pero seguro que no te deja indiferente.

El art-rock continúa con la más popera (dentro de los límites del rock experimental) con New Orphan Asylum For Spirited Deerchildren. Estamos ante un collage de spokenword donde hasta lo que podría ser un hit de verano asoma la cabeza, eso sí, durante quince segundos.

De esta veterana banda, formada en 1994, se puede esperar de todo. Zazeet mezcla bosquejos techno, reminiscencias a Radiohead, e incluso pasajes agradables. Toda una sinopsis de la apuesta sonora de Deerhoof.

La mejor canción del disco está muy lejos de ser un single típico

Es que incluso el bossanova y el chillout forman parte de la paleta de colores sónicos de la banda. Fraction Anthem es de lo más accesible del álbum pues demuestra que, cuando el cuarteto quiere, puede hacer piezas poderosamente bellas para el común de los mortales.

La energía que despide "Farewell" Symphony es innegable. De sus ondas salen fulguradas las notas de bajo, a las que no le que da otra opción que ocupar tu cerebelo. Es sin duda de lo mejor del plástico, aunque está en las antípodas de lo que viene a ser un single típico.

Reduced Guilt sí es un ejercicio de admiración hacia la propuesta en solitario de Thom Yorke. Los de San Francisco hacen suyo el discurso característico del músico inglés y el resultado es más que interesante. Extraño pero atractivo.

Damaged Eyes Squinting Into The Beautiful Overshot Sun atesora unas espléndidas guitarras que comparten protagonismo con un poderoso bombo y la siempre insinuante voz de Matsuzaki. La melodía pone la guinda de pastel al que podría ser el segundo mejor corte del LP, tras 'Future Teenage Cave Artists'.

Impredecibles de principio a fin

La melancolía hace de telón de cierre del disco. I Call On Thee despide notas a lo Satie en proceso de desintoxicación. Otra vez más los Deerhoof son impredecibles. Bien por ellos.

Está claro que la nueva entrega discográfica de Deerhoof no es para todos pero sí puede que sirva al escucha que sea audaz. Esta obra es ecléctica, atrevida, inteligente, poco usual y auténtica. Su nombre nunca aparecerá en las listas de nada, ni siquiera en las de los medios más underground, pero está claro que los norteamericanos se merecen ya el título 'de culto' para aquellos que busquen algo más.

Más datos en https://deerhoof.bandcamp.com/