Disco

Dilly Dally: 'Heaven'

(Partisan, 2018)

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 4 años
Dilly Dally: 'Heaven'

Desde Canadá cada vez más bandas claman por un hueco en la escena indie rock internacional. Tras cosechar un respetable éxito, o, al menos llamar la atención de un puñado de medios norteamericanos, llega a nuestros oídos el segundo album de Dilly Dally, un cuarteto de Toronto que se queda literalmente, a mitad de camino.

I Feel Free apuesta por un rock basado en la portentosa voz de Katie Monks. El acompañamiento respeta varios de los postulados que nos dejaron los noventa: guitarras poderosas, punteos simples, cajas a punto de estallar,... y un bajo apenas existente.

Doom, por qué no lo vamos a decir ya, recuerda a unos Smashing Pumpkins con problemas de digestión. La canción es oscura y casa muy bien con los halaridos de Monks. El riff es poderoso, va directo a la yugular. Otra cosa no, pero Heaven despide honestidad por todos sus poros. Los miembros de Dilly Dally saben de dónde vienen, cuál es su camino, y no esconden nada en lo que a referencias se trata.

Billy Corgan debería tenerlos en cuenta como teloneros, o más bien al revés

El comienzo apaciguado de Believe, con el piano alternando poder con una lánguida guitarra eléctrica, muestra a unos Dilly Dally capaces de sobrevivir en aguas tranquilas, pero, claro está, cuando la tormenta azota las velas, los canadienses sacan partido a todo su jugo. Billy Corgan debería tenerlos en cuenta como teloneros... o más bien al revés, tal y como están las cosas.

La melodía de voz de Sober Hotel es todo un hito. Tanto el tramo de suavidad como los alzamientos guturales funcionan en una canción redonda, eléctrica en el mejor sentido del término, y que cuesta olvidar. Sin duda lo mejor del LP. Y a partir de aquí todo va a mal.

Sorry Ur Ma apuesta por la común fórmula de comienzo distorsionado, voz susurrante y guitarra limpia, con la obligada respuesta a base de contundencia. No hay nada especialmente acertado en ella, ni nada atronadoramente malo. Pasa sin pena ni gloria. Hay un berrido feroz e impuesto al final. Vale. Escupe sangre. ¿Y qué?

Cuando Monks estruja sus cuerdas vocales, el tono de la banda mejora

Digo esto porque cuando Monks estruja sus cuerdas vocales en los momentos oportunos y en beneficio de la canción, el tono de la banda mejora en un cien por cien. Es el caso de la más acertada Marijuana, aunque, también he de decir, los tonitos agudos en plan teenager de la cantante y guitarrista en ocasiones me repelen. Lo suyo es gritar o cantar sin artificio o falsete que se le aparezca.

Huele a espíritu adolescente. Pretty Cold comienza como alguna canción de Nirvana hasta arriba de suavizante. Después va a la deriva, sin saber muy bien qué hacer con la idea inicial. Fallido intento para despertarme las ganas de colocarme las Martins y el gorro de lana antes de salir en un día lluvioso.

Una pena que no hayan dado con la clave en las canciones de la "cara B"

Las buenas ideas parece que se agotan. Bad Biology vuelve con la suavidad-garra-suavidad-garra pero con poco o nada que decir. El invento ya empieza a sonar manido y rezuma "corta-pega" en cada nota.

Heaven cierra Heaven. Lo demás del tema tampoco es que sea demasiado original. Una pena que los de Toronto no hayan dado con la clave en las canciones de la cara B del plástico, pues potencial e ingredientes tienen. Ahora, dicho lo cual, una banda no puede sólo depender de un aspecto destacado de su formación. Falta cierta eficacia en las composiciones. Si lo consiguen pueden ser una a band to watch, como se dice a hora. A trabajar, nenes.

Más datos en https://dillydally.bandcamp.com/album/heaven