Disco

Metz: 'Strange Peace'

(Sub Pop, 2017)

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 1 año
Metz: 'Strange Peace'

La banda canadiense Metz vuelve a la palestra con Strange Peace, su tercera puesta de largo. El disco viene precedido de bastante expectación, pues ha sido grabado por Steve Albini. A priori la propuesta no suena nada mal, ¿verdad? Pues no todo lo que reluce es oro.

Mess of wires es un trallazo al mas puro estilo Metz. Nada hace prever que los de Toronto han bajado la pegada, aquella contundencia que les hizo destacar en sus dos excelentes publicaciones anteriores.

El bimomio Albini-Metz promete emociones fuertes. Drained lake comienza como su antecesora: a toda pastilla. ¿El sonido es más refinado que de costumbre? Si. No os engaño. Y Albini es el responsable. Buena canción aunque un tanto previsible.

Cellophane es el single del álbum. En él quedan plasmadas sus nuevas inquietudes. Pop y melodías encadenadas a su habitual distorsión, todo acompasado por la batería, ese instrumento que el productor afincado en Chicago graba como nadie. Para muestra un botón.

El trío sigue busando un discurso distinto en este tercer elepé. Caterpillar es el intento de Metz de sonar a post-punk, tan de moda hoy en día, pero no fuciona.

En el single quedan plasmadas sus nuevas inquietudes: pop y melodías encadenadas a su habitual distorsión

Lost in the Blank City continúa con esta búsqueda, que resulta un tanto desarbolada. Pierden su esencia ante el temor de sonar siempre iguales. Los pequeños matices son importantes para introducir nuevos elementos sin traicionar a la esencia. Los Metz lo consiguen a medias.

Qué buenos eran los A Frames, aquella banda de Seattle que en tan sólo tres años sacaron tres estupendos discos, sobre todo el primero. Me vienen a la cabeza en cuanto empieza a sonar Mr Plague, todo un pepinazo que nos devuelve a los mejores Metz.

Sink es otro experimento que no da la talla. Zapatero a tus zapatos. Dejad los pastiches sónicos a los que estén en la pomada de los dedos más complacientes de la prensa especializada .

Common Trash sí da más en clavo. Al menos la propuesta es más acorde con las virtudes de la formación. Es un corte muy aseado, intenso y con una parte final muy disfrutable, al igual que la corta Escalator Teeth.

Parece que los Metz tienen prisa, lo que resalza su sabor, como la sal o el azafrán. Dig a Hole abre un agujero en tu cabeza, si la tienes bien amueblada. La urgencia, cuán valor para las bandas de rock.

El álbum se cierra con la contundencia marca de la casa

Raw Materials sella Strange Peace de la mejor manera posible, con la contundencia marca de la casa. La canción apuesta por un puente minimalista que acierta de pleno como contrapunto ante la agresividad de la propuesta. La caja suena como nunca y el bajo, más bien desaparecido en todo el plástico, hace acto de presencia en una parte final al más puro estilo Sonic Youth.

Un disco digno, pero para nada excelso

Es curioso que los canadienses hayan apostado por el gurú del rock independiente para, supuestamente, hacer de su sonido un ente más poderoso. Pues no, más bien creo que la intención ha sido expandirlo, hacerlo más volátil, menos condensado. Metz ha sacrificado potencia para inflar de aire a sus composiciones, menos interesantes que las de Metz y Metz II. Por mucho que se diga, la canción sigue siendo lo más importante, por delante del sonido. Si a Metz le quitas mucho del bajo, unos de sus handicaps, y las composiciones no llegan a las cuotas del pasado, tienes un LP digno, bueno, pero para nada excelso. Una pena.

Más datos en https://metz.bandcamp.com/