Disco

O.R.B.: 'Naturality'

(Castle Face Records, 2018)

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 4 años
O.R.B.: 'Naturality'

Desde Geelong, Australia, os presentamos a O.R.B., una de las bandas stoner más interesantes de Australia. Sé que lo que está de moda allí son los King Gizzard & The Lizard Wizard, pero ese trío es más puro y auténtico. Quédate con nosotros y viaja en el tiempo a la época de la psicodelia y del stoner más primario y primitivo.

Hazelwart asienta las bases de lo que se viene encima: una serie de contracciones de la epidermis más nostálgica. El rock psicodélico de los setenta y el stoner de esa misma década, además de otras influencias más cercanas en el tiempo, son los cimientos de esta joven banda.

Un tufillo a Ty Segall me viene cuando A Man In The Sand levanta los brazos. Es una reminiscencia positiva, ojo, pues este trío sabe que dos y dos son cuatro, y que menos es más. Ya sabes. Pero lo más atractivo de este segundo LP es que se parece a un Long Island bien frío. Una corriente de distintas ramas del rock invaden las ondas. ¿Beatles mezclados con Black Sabath y un poco de 13th Floor Elevators? Hazte una idea.

La diversión continúa con You Are Right, un ente pop que casa a las mil maravillas con la naturaleza rock de la banda. Otro elemento a destacar son los detalles caprichosos que el trío utiliza para adornar o finalizar las canciones. Son extraños e inconexos, excesos psicodélicos, lo que les va que ni pintado.

Si buscas temas de estructura simple, estos tipos no te sirven

O.R.B. es O.R.B. Los australianos han decidido nombrar a una de sus creaciones con su nombre. No es muy común bautizar así a una de tus canciones, pero pocas cosas lo son en este plástico. Una promesa de sludge centellea por el horizonte, para después vomitar garaje, punk, progresivo y stoner... todo a partes iguales. Más de ocho minutos de viaje alucinante. Si es en coche, o de otra clase, eso lo decides tú.

Las venas se oscurecen con Immortal Tortoise. La herencia de Ozzy Osborne queda más que patente en este corte, el más siniestro de todo el elepé, aunque también de los más progresivos. Las distintas vidas de la canción la dotan de otras lecturas, por lo que si buscas temas de estructura simple, estos tipos no te sirven. Lárgate con los Green Day.

Otro de los alicientes de este trabajo es la producción, descaradamente analógica y añeja, desprovista de todo lujo excéntrico. El gruñido de la guitarra se confunde con la línea del bajo, tan apunto de cascar como lo está una mosca en las fauces de una planta carnívora. Mother Brain recuerda a unos Melvins más suaves. La propuesta es de las más lentas y pesadas, que no aburridas, de este Naturality.

Gustará a un público minoritario, anclado en los setenta

Flying Sorcerer es de lo mejor del disco. Un acorde simple alimenta a toda la canción, que te machacará el subconsciente durante las siguientes cinco horas. Un lienzo salpicado por un sonido wah wah que la entumece demasiado, pero la distorsión es de lo más conseguido de la propuesta sonora de este segunda duración del grupo del Estado de Victoria.

O.R.B. culmina Naturality con la fórmula pasivo-agresivo, por primera vez utilizada por los australianos. Y funciona a las mil maravillas. De hecho la parte relajada es de lo mejor de Naturality. Una maravilla.

Que John Dwyer de Thee Oh Sees los haya fichado para su sello no es nada raro, pues estos chavales son buenos, aunque es cierto que gustarán a un público minoritario, anclado en los setenta, ensoñadores de un tiempo pasado, de sonido crudo y melodías alucinógenas.

Más datos en https://orband.bandcamp.com/album/naturality