Disco
Scarlet Rascal: 'Scarlet Rascal'
(Invada Records, 2017)
Que una banda apueste por un sonido descaradamente ochentero no es noticia. Las hay a montones. Es la tendencia, la moda. Por eso, hacer de esta "deuda" un valor y adoptar un sonido que acaba siendo personal, es todo un hallazgo. Los Scarlet Rascal lo han conseguido.
Desde las primeras notas de su debut homónimo se intuye que algo interesante va a ocurrir. Un misterioso punteo de guitarra abre la magnética Pearl. Suena a familiar. Esta historia me la han contado antes. Pero es bueno, que es de lo que se trata. Los de Bristol no esconden sus influencias y su amor por el post-punk de su tierra. No es casualidad que haya sido el sello Invada Records, de Geoff Barrow (miembro de Portishead), el que haya apostado por el cuarteto.
¿Ingredientes principales? Una sólida base de bajo, batería y distorsión. Añade buenas melodías y la estupenda voz de Luke Brookes. El bajo se adueña de los primeros compases de Woland. No hay duda de que saben llamar la atención del oyente a base de buenas ideas sin caer en lo ostentoso. Lo que los británicos exponen dista mucho de ser un refrito. Es una revisión entusiasta de lo que dejaron como herencia sónica sus admirados The Fall o Joy Division. Estaa canción es un buen ejemplo de recursos, ahuyentando los pastiches.
Suenan contenidos pero beligerantes a la vez
He de reconocer que los primeros segundos de Strange me recuerdan demasiado a la banda Ian Curtis, pero me bajo del burro en el estribillo. Es pop, pero no es pop. ¿Post-pop-noise? Los mejores Editors asoman la cabeza en algunos tramos, aunque espero, y creo, que Scarlet Rascal va a tener más recorrido que los liderados por Tom Smith.
Llegamos al ecuador del álbum con Here I Am, la pieza más minimalista del elepé. Es un tránsito. ¿Será un mero trámite?. ¿Se acuerdan de los "interludios de las películas peplum?. ¿Si?. Bien, pues olvidenlo. Venus ratifica que los interludios en música no son efectivos. Chicos, hay un socavón en la carretera. Hace falta alquitrán.
A lo lejos se puede ver el camión rebosante de la apestosa sustancia oscura. Menos mal que llega Sleep Take Me Down. La voz de Brooke suena mejor que nunca en éste, el sexto corte. Una guitarra emanando ruido por el flanco izquierdo. La guitarra rítmica, por la derecha, pone la corbata a la canción. Y la voz de Brooke bulle por doquier, con elegancia y con gusto. Suenan contenidos pero beligerantes a la vez. Yo apostaría por que seguirán esta tendencia en futuros trabajos.
Los ingleses dan rienda suelta a todo lo aprendido por el camino
Blood Orange vuelve a retomar el gusto por la armonía de la primera mitad del disco. Los coros de Maya Indelicato suman enteros al trabajo vocal de Brooke, lo que podrían aprovechar más en el futuro. Las cuatro cuerdas toman el pulso del último corte. Last Day es un cuento de misterio. En la presentación tan sólo suscita emociones, pero después los ingleses dan rienda suelta a todo lo aprendido por el camino. No es el tema más destacado del plástico, pero sí el que mejor los define.
Y llegados a este punto cabría preguntarse: "¿Cómo los defino?" Pues como una estupenda banda post-punk revival con mucho futuro, del bueno, por delante. De ellos espero lo mejor, aunque también deberán alejarse de un sonido tan etiquetado y seguir reformulando la pócima de sus héroes de los ochenta.
Texto: Carlos Rodríguez
Más datos en https://invada.bandcamp.com/album/scarlet-rascal