Hoy os presentamos a Tachuela y su EP Pa los bares. El grupo nació en 2006 en Elche, de la mano de David Ribera a la guitarra, Abel Acame al bajo, F.J. Marín en la batería y la voz de Bernardo Alemañ.

Pronto se unió a la banda Sami Agulló y Ramón Quiles, quien ya se ocupa de la percusión en la maqueta de Tachuela, Pa los bares. La última incorporación ha sido la de Aarón Caro al bajo eléctrico.

Sobre la base del rock urbano ibérico más característico construyen un sonido, con pretensiones de blues y decorado con recortes poéticos.

• 1.- ‘Intro’ Como su propio nombre indica, es una intro instrumental, rockera y canalla que se presenta como preludio de lo que sonará después. Casi podemos oír a un presentador calentando al público sobre la música para presentar a Tachuela.
• 2.- ‘Amigo del viento’ El vocalista abre con una voz rasgada, que junto a las letras de poeta de alcantarilla, traen a la memoria a grupos como Marea. Aún así las melodías son más soft, la batería tiene una presencia casi siempre secundaria, y son en cambio los giros de guitarra, con sus guiños bluseros, los que se vuelven protagonistas. Los efectos del viento que sopla le dan el toque original a la canción, y el final es ingenioso.
• 3.- ‘El rock del litro’ Los sonidos del rock and roll siguen siendo los amos en esta canción, y la batería detiene y activa los ritmos como un titiritero que se conforma con la sombra, pero que dirige todo el cotarro. A partir del minuto 3 más o menos, la banda se tira a un espacio instrumental que aunque perfectamente ejecutado, se vuelve más convencional. Una pena de cierre.
• 4.- ‘De la calma’ Una canción tan sexy como rastrera, igual que un calentón sucio en el baño de un bar. El punteo de la guitarra eléctrica parece perfecto para arrancarle las camisas al camarero o camarera de turno. La canción cambia de tercio a mitad de viaje, casi como si le hubiesen cosido un remiendo al final de la canción. ¿Toca vestirse, salir, y hacer el camino de la vergüenza?
• 5.- ‘La verdad proscrita’ Cuenta con un estribillo estupendo y muy pegadizo, pero como tema es uno de los más simples, y no aporta nada nuevo.
• 6.- ‘Canción en dos cachos’ Con una apertura genial, la canción crece lentamente, casi como una flor que se va abriendo al sol mañanero. El tono casi susurrante del vocalista, los ecos, y la poética letra, hacen que la canción valga la pena ya antes del primer minuto. Los solos de guitarra son magníficos, pero sobre todo el final, con esos versos desgarradores que se superponen.
• 7.- ‘Dónde’ Más convencional, le sonríe al pop, podría ser la intro de alguna serie adolescente. Desentona un poco con el resto de temas de la banda, pero el final es muy pegadizo, podría ser un gran éxito, donde el ‘Laralala’ quedaría para la posteridad.

Una lista de canciones que desde luego parecen estar compuestas y escritas para eso, para los bares. Para que suenen en baretos oscuros, a la luz de lamparillas polvorientas verdes que cuelgan pendencieras sobre mesas de billar. Los pósters de bandas que tocaron por allí tal vez gastados, y despegados, y el camarero melenudo de siempre, con pinta de quinqui pero un sensiblón en el fondo.

Tachuela parece sonar allí, entre cervezas frías y charlillas que intentan arreglar el mundo. Suenan bajito, sólo hasta que ese representante de productora musical caiga allí por alguna casualidad inimaginable, y pregunte por esas canciones ‘pa los bares’.

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