Disco
Texxcoco: 'Blu' (EP)
(Clifford Records, 2016)
En una primera escucha, esta banda de Las Palmas de Gran Canaria suena a garaje: trueno, sentimiento y rock and roll. Pero cuanto más se adentra uno en esta breve grabación, más surge de entre las notas algo que siempre sorprende: el lustre impoluto de la juventud.
Y sorprende no la juventud, correlato inseparable del rock del garaje, sino su brillo inmaculado, porque en los sonidos del garaje busca ponerse de manifiesto, precisamente, la original mancha del brío adolescente, sus contradicciones ignoradas y sus infinitas potencias de destrucción. Sin embargo, entre la maquinaria guitarrera que acota la aproximación de Texxcoco, se siente una cierta ingenuidad, que busca jugar con nosotros mediante la aplición de ritmos surferos distorsionados, tan de moda y (sin embargo) tan pertinentes.
La voz de Adriana, principal responsable del proyecto, ayuda también a reforzar el poderío juvenil del grupo: su ejecución no disimula su reciente llegada a la mayoría de edad (ah, ¿pero es realmente posible para alguien haber nacido en el 97?) y conforma un contraste más que interesante con la aparente rudeza de las guitarras. Pasotismo e implicación sentimental a partes iguales, toques de distorsión y un poco de desafío burlón: así se nos muestra la cantante en 'Fire', el primer tema de este Blu.
El dominio de la guitarra de Adriana no va a la zaga del que demuestra con su voz
La base instrumental pinta un panorama sonoro caracterizado por un enorme instinto de diversión, matizado cuando es menester por la batidora del punk y el pincel de eso que llamaremos grunge (a falta de un término mejor) que admiró tanto a los Pixies como a los más recónditos fósiles eléctricos del rock & roll. Aunque una primera escucha pueda engañarnos, arrojándonos a un mundo de riffs repetitivos y ruído blanco, aquí se oye también un saber hacer tan sutil como caluroso, tan centrado en la interacción de los pequeños detalles como en el músculo bailable del tema en su generalidad. Y esto último, tal como está de lánguido y anémico el panorama musical de las Españas en estos tiempos, es muy de agradecer.
Sigue 'La nueva', tema enérgico y veloz, donde se alterna la potente de las soluciones más punkarras con elementos importados de aquellos tiempos en que rock y pop componían una esfera unitaria, con un disimulo y una dislocación que les otorga una enorme riqueza. El dominio de la guitarra de Adriana no va a la zaga del que demuestra con su voz, mostrándose capaz de jugar con los diferentes elementos melódicos y estructurales de sus múltiples influencias hasta componer estos auténticos proyectiles que, llenos de variaciones y magulladuras, no dejan espacio al aburrimiento. Por su parte, el bajo de Joshua y la batería de Cristian van más allá de la obligación que el honor impone, y demuestran poseer un talento innegable para los juegos de luces y el control mental. Sin duda, unos muchachos interesantes para pasar una noche de fiesta.
Batería y bajista demuestran un innegable talento para el control mental
'Green Stranger' se abre con un riff abrasivo que por un momento parece retomar el tema anterior donde había quedado, pero que pronto besa la gravilla y nos arrastra por las ondulatorias gravedades de una noche de verano. Si bien no es la canción en la que el talento compositivo brilla más, si que es la que mejor nos pone sobre aviso de las tremendas sutilezas que animan el sonido aparentemente brutal del grupo. Basta con escuchar las vibraciones de la guitarra y el bajo cuando la voz entra en juego para darse cuenta de que aquí se está jugando a un juego insospechado, puede incluso que peligroso (y menos mal).
La conclusión de estos once minutos de juerga es para 'I Wanna Let You Down', tema que no hace lo que dice pretender hacer, sino que nos deja más bien con un regusto festivo pero decadente. Los noventa y la influencia indie (sea lo que sea eso) brillan con fuerza a través de los tres minutos de esta canción, que saben a tan poco como el EP en su conjunto.
La juventud y el deseo de tirarse de cabeza a una piscina oscura de estrellas de Texxcoco son impresionantes
Porque a pesar de que en un primer momento me pareció "una demo indie más" (de nuevo, sea lo que sea todo eso), la juventud y el deseo de tirarse de cabeza a una piscina de estrellas que demuestra Texxcoco es impresionante. Con la fuerza imparable de su voluntad luchan por devolverle al rock & roll un poco de su esencia mineral sin perder el barniz reflexivo que los últimos veinte años de historia le han otorgado. Porque esto ya hace mucho que era necesario, especialmente en una España en la que el indie adolece de una pertinaz desangramiento que parecía, hasta hace poco, irremediable .
Así que sólo queda desear que a estos once minutos de sorprendente oro, cuyo brillo se vuelve adictivo tan sólo a la segunda dosis, pronto se sumen otros cuarenta o cincuenta más y tengamos un largo de esos que hacen sentir el fuego en las venas. Y si no, ¿estaremos perdidos?
Texto: Dimas F. Otero
Más datos en http://texxcoco.bandcamp.com/album/blu