Disco
Windhand: 'Eternal Return'
(Relapse Records, 2018)
El nuevo trabajo de los norteamericanos Windhand es como esas esculturas o pinturas bien creadas para un público en concreto, bien para satisfacer el propio gusto de sus creadores. Y es que Eternal Return continúa el idilio que la banda parece tener con el productor Jack Endino, lo que significa que la contundencia y la pausa siguen intactas.
El estilo pregrunge, de lo que ha mamado mucho Windhand, toma impulso Halcyon. Las cortinas del escenario se descorren a cámara lenta, a ritmo pausado y espeso. El tono grave gana brillantez con un punteo psicodélico, muy al estilo de los hermanos Van Conner. Se le podría llamar stoner, hard rock, grunge,... Déjalo en rock embarrado con una melodía de voz repetitiva, como mandan los cánones, que se te queda pegada al hipotálamo.
Rock embarrado con una melodía de voz repetitiva que se te queda pegada al hipotálamo
El bajo sigue teniendo una importancia capital en las composicines de los estadounidenses. Jack Endino está a los mandos de esta nave, que vuela bajo, casi besando el fango. Endino, el padre de lo que luego se tildó de grunge, mantiene la estirpe de su sello sonoro en ésta, su segunda colaboración, con Windhand. El manual de estilo tanto de la banda como del productor están compilados en Grey Garden. Dorthia Cottrell tiene el don de crear las melodías vocales adecuadas para cada momento. Es esficaz al cien por cien. Su trabajo engancha neuronas del oyente a cada palabra que susurra, pues rara vez grita. Esta pieza, de más de seis minutos de vida, atraviesa varios pasajes, en una espiral cuyo centro se va transformando en variaciones que se acercan al rock progresivo.
Al cuarteto se le suele tildar de metal, pero no es muy preciso que digamos. Una muestra de ello es el corte titulado Pilgrim´s Rest. Las guitarras extremadamente graves dejan paso a una balada mecida por la estupenda voz de Cottrell. Toda la propuesta de los de Virginia está aquí, pero con chimenea y bourbon de fondo.
Si quieres cantar y no tienes técnica, escucha este disco hasta el cortocircuito
A esta breve concesión le sucede First to Die, que es marca de la casa; las cuatro cuerdas toman más presencia si cabe en ésta, otra clase más, de Cottrel a la hora de cantar. La front-woman alarga las sílabas para resaltar la melodía general, muy al estilo de Jerry Cantrell. Si quieres cantar y no tienes técnica, escucha este disco hasta el cortocircuito.
Light Into the Dark aparece como un fantasma. No sabes que está ahí pero, en un instante, ya lo tienes encima. No puedes escapar. Un más que acertado interludio instrumental.
Parece un bajo distorisonado, pero no, es una guitarra. Con este postulado comienza Red Cloud, un homenaje a bandas como Sleep, Melvins o Fu Manchu. Abstenerse quienes necesiten de ritmos trepidantes para llegar al final del día.
Un disco sólo para adeptos a géneros como el stoner, doom o grunge
Y qué decir de Eyeshine. El tempo deja caer su peso cual cadena de titanio. Sin duda que los de Richmond beben de fuentes más que obvias, pero el cuarteto ha encontrado su propia ruta donde convergen las melodías pegadizas, el sonido abrasivamente grave y los toques de rock psicodélico. ¿Alice In Chains? Puede, pero con el modo cámara lenta activado. Aviso para navegantes: los seiscientos sesenta y tres segundos de esta canción pueden causar bajas, tanto de vidas como de oyentes.
Diablere activa un tanto el pulso, pero no te hagas ilusiones. El lema "lento y contundente" sigue incólume, cual Hulk en pleno acto de desperezarse.
La fase final del album la completa Feather, una especie de western-stoner. Y es que es imposible no imaginar un cielo púrpura arrasado por relámpagos que iluminan un duelo a muerte. Se agradece este ligero cambio de registro, auque la segunda parte del corte recupera la esencia que marca todo el LP.
Disco sólo para adeptos a los géneros stoner, doom, grunge, etc. Si sabes lo que vas a escuchar, y estás preparado, disfrutarás de lo lindo, Pero incluso para los incondicionales del fango, su hora larga de duración puede hacerles perder la noción de la realidad.
Texto: Carlos Rodríguez
Más datos en https://windhand.bandcamp.com/